cuack cuack

Muchas cosas y poco que hacer con ellas

Las cronicas de Needles: El erizo, la chaqueta y la silla

Recordemos (Hace casi un día una valiente erizo decidio adentrarse en la inmensidad de mi casa, una tarea fácil y sencilla pero nunca esperó encontrarse con aquella maldita lata de cerveza... desde ese momento la sencilla tarea se convirtio en una aventura épica llena de colorido, monstruos y por que no... drogas).

Habían pasado ya varias horas desde que el erizo desaparecio, la única solución que se me había ocurrido era prepararle varias trampas, las cuales se componian principalmente de comida para gatos, pero no habían surgido efecto ninguno, debían ser ya como las 21:00 cuando aparecio Mario... su curiosidad por el escapista le llevo a rebuscar por los lugares que yo ya había mirado sin embargo encontro algo que yo había dejado de lado un yacimiento de excrementos trás la mesita de noche, en un hueco que pasaba más que desapercibido... lo cual nos dio la idea de que debía encontrarse no muy lejos y volvimos a investigar por la habitación sin resultado alguno.

Un rato despues y viendo que el erizo no aparecía decidimos hacer otra batida, la sorpresa nos la llevamos al mover una silla, cubierta de ropa en la que escuchamos una especie de gruñido. Cuidadosamene apartamos la ropa con la esperanza de que Needles se encontrara entre esta, sin embargo nuestro pequeño amigo no aparecía y en la silla ya solo quedaba un pantalon y una chaqueta apoyados en el respaldo de dicho mueble, levantamos la chaqueta y el gruñido empezo a ensordecer la habitación, estabamos cerca... la prende de ropa pesaba y dedujimos que el bicho se habría situado en un bolsillo, pero otra vez más el ingenio de la criatura nos sorprendio, pues no se encontraba en el bolso, si no en una manga, hecho una bola, acurrucado y asustado... Poco despues pero no sin dificultad conseguimos extraerlo de la manga, pero el bicho desconfiado seguía siendo una bola puntiaguda y peligrosa, cuando conseguimos que se tranquilizara nunca se me olvidara la cara del pobre animal, una cara roja, con los ojos llorosos, esa cara que todos nosotros hemos tenido en algún momento trás una noche loca, con cuidado lo depositamos en su caseta y le dejamos dormir la mona tranquilo.

El pequeño erizo ha aprendido la lección, nunca mas volverá a beber pues le de esta noche fue una dura aventura para cualquiera que se precie.

4 absurdeces:

Armaggedon dijo...

Tenemos un testimonio gráfico, una prueba irrefutable de la existencia de este tipo de escalofriantes eventos. Imagen no apta para cardíacos o mujeres embarazadas:

Foto

Unknown dijo...

Ahora me dan ganas de tener un erizo :'(